El documento del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) resaltó que el pasado año el dinero ganado por los trabajadores migrantes y enviado a los países de ingresos medianos bajos aumentó un 8,6 por ciento, pese a las estimaciones a la baja por la pandemia de Covid-19.
También precisó que el impulso favorable se mantuvo gracias a un incremento del 48 por ciento en el monto enviado a través de medios de telefonía móvil, lo cual representó una gran oportunidad para impulsar el desarrollo rural, en vistas de que más de la mitad de esos fondos van a parar a zonas rurales.
La digitalización reduce las comisiones y otros costos de transacción, como el tiempo de viaje, aumenta la comodidad y seguridad del proceso; y, al mismo tiempo, promueve la inclusión digital y financiera, precisó el director del FIDA Gilbert F. Houngbo, en ocasión del Día Internacional de las Remesas.
Para este año, se calcula que el dinero remitido por más de 200 millones de trabajadores migrantes a sus hogares alcance los 630 mil millones, lo que supondrá un salvavidas para más de 800 millones de familiares.
Houngbo recordó que las remesas sacan a las personas de la pobreza, ponen comida en la mesa, pagan la educación y los gastos médicos y permiten invertir en las viviendas, así como alcanzar muchos otros objetivos familiares que van más allá del consumo.
Está previsto que para 2030 los flujos agregados de remesas familiares enviadas a países de ingreso mediano bajo ascenderá 5,4 billones (millón de millones) de dólares, una cifra que duplica el Producto Interno Bruto (PIB) de África en 2021.
Para este año se espera una moderación de la tendencia al alza en el movimiento del dinero proveniente de los migrantes, a raíz de la disminución de los salarios por la inflación y el fin de los programas de apoyo relacionados con la pandemia en los países ricos.
El informe del FIDA alertó que la guerra en Ucrania afectará las cifras mundiales, ya que provoca un fuerte descenso en las transferencias enviadas a los países cercanos a Rusia, donde las remesas pueden llegar a suponer hasta el 30 por ciento del PIB.
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