Por encargo del Programa para el Desarrollo (PNUD) y realizado por el Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Católica (UCU) bajo el título “Crimen y narcotráfico” el texto expone un análisis exploratorio del caso del país suramericano.
Señala que «aunque tradicionalmente fue destino final en las rutas de tráfico, en las últimas décadas el puerto de Montevideo incrementó su participación como vía de salida”, rumbo al mercado europeo.
El informe del PNUD destaca que el narcotráfico es una actividad muy lucrativa y, como tal, genera superávit, mucha demanda de consumo y de trabajo, y vínculos fuertes con el poder.
Abunda que el propio hecho de que este mercado se desarrolló en Uruguay en un contexto de fuerte crecimiento económico en las últimas décadas subraya su capacidad para competir con el mercado formal de trabajo, mediante estímulos económicos y coerción por uso de la fuerza. .
Otro de los temas destacados es que el mercado de drogas ejerce una fuerte competencia en términos de empleabilidad sobre el mercado legal de trabajo, en particular en contextos de baja educación, desempleo y pobreza.
«Cuando los mecanismos de socialización habituales no permiten alcanzar estándares mínimos de bienestar, cobran relevancia las trayectorias de socialización alternativas, como el delito”, sostiene.
El informe sintetiza que el crimen organizado, y en particular el narcotráfico, tiene capacidad de seducir con trayectorias atractivas en el corto plazo.
Constata en Uruguay un retorno a los niveles de criminalidad de la prepandemia y enfatiza en la permanencia de los factores estructurales asociados al delito y tráfico, y se oponen a construir un relato en el que el crimen vinculado al narcotráfico es una problemática segmentada y alejada de la sociedad.
Por eso objeta artículos de la Ley de Urgente Consideración que saturó las cárceles y aumentó la población femenina recluida.
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