Marco Lupo, gerente general de la Agencia Regional para la Protección Medioambiental (ARPA) indicó que debe evitarse el “alarmismo innecesario» y agregó que, según los últimos reportes «no tiene sentido abandonar los hogares»
El fuego, que se inició hace poco más de 48 horas, destruyó el gasificador y la planta 2 de Tratamiento Biológico Mecánico (TMB2) del basurero de Malagrotta, con unas 240 hectáreas, destino de entre cuatro mil 500 y cinco mil toneladas diarias de desechos.
El alcalde de Roma, Roberto Gualtieri, elogió el trabajo de los más de sesenta bomberos que laboraron ininterrumpidamente y evitaron una catástrofe mayor.
Por el momento se trata de solucionar el problema creado por la TMB2, la cual era capaz de procesar hasta 900 toneladas diarias de basura sin clasificar, casi un tercio de las tres mil que se generan cada jornada en esta ciudad.
“Afortunadamente la planta número 1, que trata unas cuatro mil toneladas de residuos a la semana, está ilesa y planeamos recuperarla. volverá a estar completamente operativa tan pronto como el área esté segura”, aseguró Gualtieri.
Lupo adelantó que, aunque aún se analiza la calidad del aire para emitir datos precisos, la ARPA no detectó aumentos importantes de material particulado sólido o líquido en la atmósfera (PM2,5 y PM10). El PM10 no superó el límite de 50 micrómetros por metro cúbico (50 µg/m3).
Sin embargo, algunos ciudadanos denuncian en las redes sociales que en determinados puntos de Roma «apesta a aire quemado e irrespirable».
El gobierno de la capital dispuso el cierre por 48 horas de las guarderías y centros de verano en un radio de seis kilómetros, así como la suspensión de las actividades escolares y la prohibición del consumo de alimentos de origen animal y vegetal producidos en la zona afectada.
Recomendó además “limitar las actividades al aire libre, con especial atención a las de naturaleza recreativas, deportivas y mantener las ventanillas cerradas en caso de emanaciones persistentes y malolientes”.
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