«He dejado claro que mi compañero de fórmula tendría el potencial de sucederme en cualquier momento», dijo Abubakar, de 75 años de edad, en una conferencia de prensa en la capital, Abuja, para anunciar su decisión de cara a las elecciones presidenciales del 25 de febrero de 2023.
A ocho meses de la justa, los presidenciables deben afinar sus estrategias para hacer frente a retos de seguridad y económicos en el país más poblado de África, con más de 200 millones de habitantes.
La elección de compañero de fórmula es muy delicada en Nigeria, pues está prácticamente dividido a partes iguales entre el norte, de mayoría musulmana, y el sur, de mayoría cristiana.
Un acuerdo no escrito da cuenta que los candidatos deben alternarse entre el norte y el sur, una regla que esta vez quebró el Partido Democrático Popular, de Abubakar.
Para suceder a Muhammadu Buhari, en su segundo y último mandato, deberá enfrentarse al líder del gubernamental Congreso de Todos los Progresistas, Asiwaju Bola Tinubu, quien arrasó en las primarias de la fuerza política.
La ida a las urnas de Abubakar será su sexto interno por asirse del sillón presidencial.
Durante los comicios presidenciales del 25 de febrero del año próximo también se escogerá a los miembros de la Asamblea Nacional (parlamento).
Dos semanas después, el 11 de marzo, los electores deberán escoger los gobernadores y los parlamentos de las gobernaciones.
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