El funcionario dijo que la ley haría que los informes climáticos fueran obligatorios para los bancos, las compañías de seguros y las firmas de inversión.
Según la nueva norma, todos los bancos y aseguradoras con activos totales de más de mil millones de dólares neozelandeses (703 millones de dólares), y todos los emisores de acciones y deudas que cotizan en la bolsa de valores del país deberán hacer declaraciones.
Convertirnos en el primer país del mundo en introducir una ley como esta significa que tenemos la oportunidad de mostrar un liderazgo real y allanar el camino para que otros hagan obligatorias las divulgaciones relacionadas con el clima, añadió Clark.
De acuerdo con el ministro, esto obligaría a las instituciones financieras a considerar el impacto en el mundo real que tienen sus inversiones en el clima y permitiría al público medir su desempeño.
Es importante que cada parte de la economía de Nueva Zelanda nos ayude a reducir las emisiones y hacer la transición hacia un futuro con bajas emisiones de carbono, sostuvo.
Se espera que alrededor de 200 de las empresas más grandes del país y varias firmas extranjeras que cumplan con los requisitos estén sujetas a la legislación, cuyos primeros informes deben entregarse en 2023.
Con su entrada en vigor, especialistas consideran que las inversiones con alto contenido de carbono se volverían menos atractivas a medida que se establecieran las medidas para frenar las emisiones.
El gobierno de Nueva Zelanda en septiembre pasado dijo que haría el informe del sector financiero sobre los riesgos climáticos y aquellos que no pudieran revelarlo tendrían que explicar sus razones.
La primera ministra, Jacinda Ardern, se comprometió a convertir a la nación del Pacífico Sur en Cero carbono para 2050 y a generar toda su energía a partir de fuentes renovables para 2035.
mem/lp/gdc