Los hechos expuestos en el proceso ocurrieron en la occidental ciudad de Duékouéen durante la crisis postelectoral de 2010, que enfrentó a partidarios del presidente saliente, Laurent Gbagbo, con los del entrante, Alassane Ouattara, aún en el poder tras su reelección en 2015 y 2020.
A Ouéremi le acusaron de cometer crímenes de guerra, secuestros, violaciones, asesinatos y saqueos, durante las matanzas en la citada localidad después de que la ocuparan facciosos partidarios del entonces opositor Ouattara.
El tribunal también condenó al reo al pago de unos tres millones de euros en concepto de reparaciones a las víctimas de esos sucesos, que dejaron más de 250 muertos, según informes oficiales, aunque la Cruz Roja afirma que fueron más de 800.
La defensa de Ouéremi, opinó que el dictamen de la corte fue la conclusión de ‘un proceso sesgado (que) no puede dar lugar a otra cosa que no sea una sentencia sesgada’, y seguidamente pidió a las autoridades garantizar en la prisión la seguridad de su defendido.
Asimismo, la abogada Roselyne Aka Séripka afirmó que la verdad permanece oculta y que por eso ‘no podemos tener una sentencia muy verídica’, y criticó la ausencia en la vista de los militares llamados a declarar.
También la defensa aludió al concepto de obediencia debida al señalar que Ouérémi cumplía órdenes de un jefe rebelde conocido como Coulibaly de Kouibly, quien a su vez se subordinaba a Losseni Fofana, actual coronel del Ejército de Costa de Marfil y quien declaró no conocer al acusado antes de su arresto en 2013.
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