Rebelo de Sousa, quien llegó al país este sábado e hizo una primera escala en Río de Janeiro, comunicó que también tiene la intención de reunirse con los exgobernantes Fernando Henrique Cardoso y Michel Temer.
El dignatario luso y el exdirigente obrero conversaron en la residencia oficial del cónsul general de Portugal en Sao Paulo.
Celso Amorim, exministro de Relaciones Exteriores durante la administración de Lula (2003-2011), estaba presente en el evento, así como el ministro de Cultura de Portugal, Pedro Adão e Silva, y el secretario de Estado portugués, Francisco André.
La víspera, el presidente Jair Bolsonaro decidió cancelar un almuerzo que tendría mañana en Brasilia con su homólogo lusitano después de su encuentro con Lula. «Decidí cancelar el almuerzo que tendría conmigo, así como toda la programación», afirmó Bolsonaro a la televisora CNN Brasil porque el visitante tuvo en su agenda la plática con el exlíder sindical, principal oponente del exmilitar en las elecciones de octubre.
Al citar al gobierno portugués, CNN indica que Rebelo de Sousa visitaría Sao Paulo, Río de Janeiro y Brasilia, pero con la cancelación del evento que tendría lugar en el Palacio de Itamaraty (sede de la cancillería), el jefe de Estado no debe viajar a la capital del país.
Según la emisora, que alude a fuentes del Ejecutivo brasileño, la decisión generó extrañeza en los diplomáticos involucrados en la negociación, que aún trabajan para revertir la situación provocada por la molestia de Bolsonaro.
Antes de viajar al gigante suramericano, el presidente portugués no comentó los motivos de la cancelación del encuentro con Bolsonaro y afirmó que no le corresponde a él explicar «las razones por las cuales fue invitado o si la invitación se mantiene».
Resulta evidente que «si Bolsonaro entiende que no puede, no quiere, no es oportuno, no entra en su programación y tuvo la amabilidad de confirmar por escrito. No voy a Brasilia», afirmó Rebelo de Sousa.
Preguntado sobre si la cancelación altera las relaciones entre Portugal y Brasil, respondió: «Nada».
En agosto del pasado año, Rebelo de Sousa cumplió una visita de cuatro días al gigante suramericano.
Tras un encuentro con el excapitán del Ejército ponderó los aspectos positivos de las relaciones «entre portugueses y brasileños, y entre Portugal y Brasil», con la evidente intención de menguar potenciales puntos de discrepancia entre las partes.
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