La Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (Ocha) también señaló que debido a la escasez de agua en este territorio en el mencionado período se registraron más de 800 mil desplazados y cinco mil 830 casos de sospechosos de cólera en 24 distritos.
Tras señalar que descendieron ostensiblemente los cauces de importantes ríos como Yuba y Bajo Shabelle, el organismo de la ONU pidió a los donantes internacionales que incrementen la asistencia financiera para socorrer a poblaciones somalíes necesitadas de ayuda por la sequía.
A principios de mayo último la representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura en este país, Etinenne Peterschmitt, expresó que este territorio demanda, como contribución de la comunidad internacional, 131,4 millones de dólares.
Refirió que, en medio del riesgo de una catástrofe humanitaria por hambruna, los recursos financieros que se aporten serán empleados también para salvaguardar los medios de subsistencia y respaldar a productores de alimentos.
Con anterioridad, el coordinador humanitario de la ONU para Somalia, Adam Abdelmoul, aseveró que la escasez de precipitaciones afecta, por otro lado, a la masa ganadera y los cultivos agrícolas.
La población de Somalia, además de una intensa sequía, provocada por el cambio climático, sufre los embates de la violencia a cuenta del grupo radical islamista Al-Shabab, el cual enfrenta el Ejército, sobre todo, en áreas del centro y sur de este territorio africano.
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