Cuando una persona puede ver un alimento antes de olerlo ayuda a decodificar la señal de olor con mayor facilidad, lo que a su vez mejora la percepción del sabor de la comida, precisa un artículo publicado en la revista Journal of Consumer Psychology.
Los seres humanos pueden procesar más rápidamente y con mayor precisión un aroma en el cerebro cuando el mismo está precedido por una señal visual correspondiente y relacionada.
También fue comprobado que cuando las expectativas visuales en torno a un alimento no se cumplen adecuadamente, esto influye negativamente en la percepción del aroma y del sabor.
Aquella información captada entra por los ojos es claramente vital para marcar las experiencias positivas y negativas que podamos tener en cuanto a la comida.
Aunque está claro que los aromas juegan un papel crucial al influir en las percepciones del gusto, la investigación confirma que los estímulos visuales tienen un peso aún mayor.
La percepción visual facilita los procesos cerebrales ligados a la decodificación de los elementos relacionados con el aroma y el gusto. De esta manera, todo el mecanismo se agiliza, precisan los expertos.
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