De acuerdo con el Instituto Brasileño de Geografías y Estadística (IBGE), hubo tal aceleración frente al 11,73 por ciento registrado en los 12 meses inmediatamente anteriores.
A pesar de ser menor que la tasa registrada en abril, la acopiada es la mayor para junio desde 2003, cuando quedó en 16,57 por ciento.
«El resultado (de ahora) fue influenciado por el aumento en los precios de los alimentos para consumo fuera del domicilio (1,26 por ciento), con destaque para la comida (0,95) y el snack (2,21)», destacó el gerente de la investigación, Pedro Kislanov.
Explicó que, en los últimos meses, estos artículos no siguieron el crecimiento de alimentos en los hogares, como la zanahoria y el tomate, y se mantuvieron estables.
Para Kislanov, «al igual que otros servicios que tuvieron la demanda reprimida en la pandemia (de Covid-19), también hay una reanudación en la búsqueda de la comida fuera de casa. Esto se refleja en los precios», precisó.
El IBGE indicó asimismo que el Índice Nacional de Precios al Consumidor Amplio (IPCA), considerado la inflación oficial del país, aceleró a 0,67 por ciento en junio, tras registrar un alto de 0,47 en mayo.
Se trata de la tasa más alta para ese periodo desde 2018, cuando se situó en 1,26 por ciento.
Los nueve grupos de productos y servicios encuestados tuvieron un aumento de precios en junio. La mayor variación fue del grupo Vestuario, con un aumento del 1,67 por ciento.
El mayor impacto vino de Alimentación y Bebidas (0,80 por ciento), que respondió por 0,17 punto porcentual del IPCA del mes.
Según economistas, el escenario es de desaceleración de la inflación a partir de julio, especialmente en razón de medidas de reducción de gravámenes, como el techo aprobado para cobrar el Impuesto sobre la Circulación de Mercancías y Servicios (ICMS) sobre energía eléctrica, combustibles, entre otros.
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