En un foro global sobre el tema, Birol señaló que el mundo nunca ha sido testigo de una crisis energética tan grande en términos de profundidad y complejidad y añadió que es posible que aún no hayamos visto lo peor.
Los precios altísimos elevan el costo de llenar los tanques de gasolina, calefaccionar los hogares e impulsar la industria en todo el orbe y a ello se suman a las presiones inflacionarias existentes, indicó.
Una situación que podría impulsar una adopción más rápida de políticas gubernamentales que aceleren la transición hacia las energías limpias al igual que ocurrió en la década del 1970 con la crisis del petróleo que provocó grandes avances en la eficiencia del combustible.
Este invierno en Europa, afirmó, será muy, muy difícil, es una gran preocupación, y puede tener serias implicaciones para la economía global”.
Mientras la seguridad de los suministros de petróleo y gas seguirá siendo un desafío para Europa y también para otras regiones, dijo.
Birol opinó que el sistema energético está en crisis tras la operación rusa en Ucrania, sin embargo, no mencionó que el gas y el petróleo provenientes del gigante euroasiático son objeto de duras sanciones lideradas por Estados Unidos y secundadas, entre otros, por la Unión Europea.
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