El jefe de la Unidad de Desarrollo Estratégico de la CNE, Carlos Picado, indicó que este grupo será el encargado de evaluar las pérdidas en infraestructura como, por ejemplo, viviendas, puentes, carreteras, servicios básicos como acueductos y electricidad luego de catástrofes de origen natural, socio-natural o antrópico.
También, prosiguió, generarán evaluaciones sobre el daño directo y económico en materia de agricultura, transporte y energía, agua, saneamiento, impacto humano, educación y salud.
Precisó que los seleccionados laboran en instituciones que tienen a cargo infraestructura de servicios como agua, energía y transporte.
Indicó que las evaluaciones de este grupo permitirán no solo tomar decisiones sobre la inversión requerida para reconstruir la infraestructura dañada y atender la población, sino también para planificar la reactivación económica y social de las comunidades y los sectores productivos afectados.
Esta información, apuntó, posibilitará además reducir la vulnerabilidad ante futuros eventos que generan el desastre.
Datos oficiales reflejan que entre 2011 y 2020 Costa Rica logró reducir el número de muertes debido a desastres, pero -añade- no así las pérdidas materiales, las que pasaron de 308 millones de dólares entre 2011 y 2015 a 820 millones de dólares de 2016 a 2020.
La embajadora de la Unión Europea en Costa Rica, María Antonia Calvo, afirmó estar convencida de que la reducción de riesgos debe estar en el centro de la acción para acelerar medidas contra el cambio climático y alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible.
Calvo reafirmó el compromiso de la Unión Europea con Costa Rica para avanzar de la mano en agendas tan importantes como esta.
De su lado, el representante residente del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, José Vicente Troya, expresó que le complace reforzar la alianza con la CNE para responder con soluciones integrales y respuestas de alta calidad.
Estamos movilizando a nuestra red de especialistas internacionales para apoyar al país con miras a la recuperación con transformación que genere resiliencia, a fin de lograr resultados destinados a las personas, especialmente a quienes viven en mayor situación de vulnerabilidad ante posibles desastres, subrayó.
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