La llamada Ley de Autorización de Defensa Nacional de 2023 (NDAA) incluye 37 mil millones más de lo solicitado inicialmente por el presidente estadounidense, Joe Biden, y es superior a los 778 mil millones que el Congreso aprobó el año pasado, cantidad que ya constituía un récord.
Los legisladores justificaron la adición de fondos con la alta inflación, la guerra en Ucrania y las supuestas amenazas planteadas por China, señaló el diario The Wall Street Journal.
Se espera que en las próximas semanas el Senado apruebe su propia versión de la NDAA con un presupuesto aún mayor, de 858 mil 500 millones de dólares, y luego, los legisladores trabajarán a puerta cerrada para conciliar los proyectos de ambas cámaras antes de enviar el texto al escritorio del presidente Biden.
De ser aprobada, la NDAA daría a las tropas un aumento salarial del 4,6 por ciento y proporcionaría al personal militar y civil que gana menos de 45 mil dólares al año un «bono de inflación» mínimo del 2,4 por ciento, para compensar el aumento del costo de la vida.
Otras disposiciones indican mil millones de dólares para continuar el envío de equipamiento militar a las fuerzas ucranianas, 700 millones por encima del pedido inicial de la Casa Blanca.
Los representantes demócratas progresistas Mark Pocan y Barbara Lee propusieron una enmienda que recortaría 100 mil millones del presupuesto militar porque “más armas y tanques no sirven para los estadounidenses sin vivienda, educación o atención médica”, pero fue rechazada.
Estados Unidos ocupa el primer lugar a nivel mundial en gastos militares, una cantidad que cada año es superior y genera opiniones encontradas entre los legisladores y en la sociedad.
Analistas y parte de la ciudadanía consideran que priorizar gastos de defensa no responde a los verdaderos intereses y preocupaciones nacionales.
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