Del 22 de octubre (cuando el Tribunal Constitucional aprobó la legislación) hasta el 29 de enero se realizaron 150 arrestos solo en Varsovia y sus alrededores, mientras Las manifestaciones se extendieron a otras ciudades.
Szpila, asociado a la Iniciativa Huelga de Mujeres (organizadora de las demostraciones), dijo que 62 de los 150 detenidos recibieron la libertad el mismo día y siete no fueron acusados.
El más alto tribunal polaco dio luz verde, a finales de enero pasado, a la decisión de impedir la interrupción del embarazo por malformaciones en el feto a instancias del gobernante partido Ley y Justicia.
De esa forma, Polonia –de mayoría católica- se convirtió en uno de los más atrasados en el tema dentro de la Unión Europea (UE) al solo permitirse la interrupción del embarazo en caso de peligro para la vida de la madre, y gestaciones producto de violaciones e incesto.
Citado por la Gaceta Wyborcza, el informe dio cuenta que el delito más mencionado fue la participación en una reunión ilegal, el país europeo prohíbe los encuentros de más de cinco personas a causa de la Covid-19.
También se enumeraron el incumplimiento de órdenes durante una pandemia, agresión a un agente de policía, daños a monumentos y destrucción de bienes.
Szpila, igualmente, lamentó la magnitud de la brutalidad policial, al contabilizarse reportes del uso de gases lacrimógenos y violencia al tiempo que ofreció sus servicios a las personas afectadas.
Después de agradecer a todos los que documentaron las manifestaciones con fotos y videos, los activistas dijeron que la lucha continuará.
El aborto por malformación del feto supuso en 2019 el 97 por ciento de los mil 110 procesos practicados en hospitales polacos. El síndrome de Down fue la justificación para más del 40 por ciento de ellos.
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