Los parlamentarios argumentan en su demanda que el exmilitar cometió improbidad administrativa, propaganda electoral anticipada, abuso de poder político y económico, y crimen contra el Estado Democrático.
En el Palacio de la Alvorada (residencia oficial en Brasilia), ante unos 40 representantes foráneos, Bolsonaro repitió la víspera sospechas sin fundamento y ya desmentidas sobre las urnas electrónicas y el proceso electivo.
Basó su opinión en una investigación abierta por la Policía Federal en 2018, con la autorización del STF, sobre la invasión de un hacker al sistema del Tribunal Superior Electoral (TSE).
Sin embargo, esta corte informó en reiteradas ocasiones que este acceso fue bloqueado y no interfiere en ningún resultado.
En la acción enviada al Supremo, los legisladores denuncian que Bolsonaro utilizó el cargo para sacudir el orden democrático.
«No puede el representado utilizar el cargo de presidente de la República para subvertir y atacar el orden democrático, buscando crear verdadero caos en el País y desestabilizar las instituciones públicas», reza una parte del texto remitido al juzgado superior.
Calificaron la embestida del excapitán del Ejército contra las urnas de «ataque irracional y absolutamente infundado al sistema electrónico de votación adoptado en el país».
Los legislaqdores alegaron que Bolsonaro utilizó recursos públicos, como la estructura del Palacio de la Alvorada y TV Brasil (el discurso se transmitió en vivo por cadena nacional), en beneficio propio.
El titular del TSE, Edson Fachin, sin citar el nombre de Bolsonaro, remarcó ayer que resulta necesario dar un «basta a la desinformación y al populismo autoritario».
Calificó de manipulación la presentación del jefe de Estado, es decir, «intentar secuestrar la acción comunicativa y, de ese modo, la opinión pública y la estabilidad política se exponen a riesgos continuos».
Para Fachin, prevalece un «inaceptable negacionismo electoral por parte de una personalidad importante dentro de un país democrático y es muy grave la acusación de fraude a una institución, una vez más, sin presentar pruebas».
Hasta la fecha, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva lidera todas las encuestas de opinión rumbo al sufragio del 2 de octubre, en el que pretenderá reelegirse
Bolsonaro.
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