En opinión del ministro de Comercio e Industrias, Ricardin Saint Jean, se trata de un racionamiento artificial y señaló a los dueños de estaciones de servicio que se niegan a vender el producto para destinarlo al sector informal.
Saint Jean aseguró que inspectores obligaron a estos comerciantes a expender el combustible, e incluso se cerraron dos gasolineras en la capital.
También las autoridades comenzaron a seguir a los transportistas que alimentan el mercado negro y se estudian prohibir la existencia de estaciones blancas, conformadas por empresarios sin afiliación a empresas petroleras que obtienen el rubro para luego revenderlo, explicó el ministro a Radio Métropole.
A inicios de junio sindicalistas culparon al sector privado que gestiona el sector, e indicaron que son los principales responsables de la escasez y del aumento de sus precios en el mercado informal.
Mehu Changeux, coordinador de la Asociación de Propietarios y Choferes denunció que el racionamiento es artificial y persigue aumentar los precios oficiales de los carburantes.
Por su parte, la terminal Varreux, que almacena el 70 por ciento de los carburantes del país, desmintió retener el producto e indicó que cada día libra cientos de miles de galones a las empresas petroleras.
Los altos precios que alcanzó la gasolina, más de cinco veces el oficial, provocaron varias protestas en la capital y ciudades departamentales, al tiempo que incrementaron sustancialmente la canasta básica y servicios como la transportación colectiva.
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