En un comunicado, la entidad instó a los grupos armados a regresar a sus cuarteles generales y detener los combates de inmediato.
Asimismo, estimó que el Ministerio Público y la Fiscalía Militar deben abrir una investigación sobre las causas de los choques.
Los combates comenzaron anoche y se extendiera en la madrugada del viernes por diversas zonas de la capital, lo cual obligó a las autoridades del Aeropuerto Internacional de Mitiga a suspender todos los vuelos.
Osama Ali, portavoz del Servicio de Emergencias y Ambulancias de Trípoli, anunció la muerte de un niño de 12 años y de otro ciudadano, pero luego un comunicado oficial elevó la cifra de fallecidos a cinco.
Vídeos divulgados en las redes sociales mostraron imágenes de fuertes combates en calles de la ciudad en el que participaron vehículos artillados.
Según los primeros reportes de televisoras árabes, los choques provocaron graves daños a numerosas propiedades, entre ellas un edificio residencial de tres pisos, e instalaciones públicas como la Universidad de Trípoli.
La crisis tiene como telón de fondo la división de las milicia y grupos armados en apoyo a uno u otro de los dos gobiernos que se disputan el poder en esta nación norafricana.
Uno tiene sede en esta la capital y es liderado por Abdul Hamid Dbeibeh desde 2021, mientras el otro se encuentra asentado en la oriental ciudad de Tobruk, encabezado por Fathi Bashagha.
Si Dbeibeh es respaldado por el Consejo Presidencial, un órgano colegiado que desempeña las funciones de un jefe de Estado, el segundo tiene el apoyo del Parlamento y de las fuerzas del mariscal Jalifa Haftar, hombre fuerte en la zona oriental del país.
Libia vive una espiral de violencia desde el derrocamiento de Muamar al Gadafi en 2011, luego de una guerra apoyada por miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, entre ellos, Estados Unidos, Francia y el Reino Unido.
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