Al término de una visita a Guatemala y Honduras, el director ejecutivo de ese organismo de Naciones Unidas, David Beasley, precisó que esa población necesita asistencia urgente, por lo que el compromiso es trabajar con las comunidades vulnerables y ofrecerles medios de vida sostenibles y seguridad alimentaria.
El objetivo es ofrecer motivos para quedarse en su tierra y así reducir la migración, comentó Beasley, quien se reunió con familias afectadas por el cambio climático, la pérdida de empleos y la creciente desigualdad, una consecuencia de la Covid-19.
‘Cuando no tienes comida para alimentar a tus hijos, cuando no tienes dinero para comprar medicinas, caes en la desesperación, la gente no quiere dejar sus hogares, se ven obligadas a hacerlo’, significó el alto funcionario del PMA.
El aumento de la inseguridad alimentaria ha coincidido con la duplicación de la migración, de acuerdo con una evaluación de esa institución realizada en enero de este año.
Al menos el 15 por ciento de las personas encuestadas querían migrar, en comparación con solo el ocho en 2018, reflejó el estudio.
‘La gente ha perdido sus trabajos. Ha perdido la esperanza. Necesitamos ayudarla urgentemente con alimentos, así como con inversión a largo plazo para el desarrollo’, dijo.
Beasley aseguró que los medios de vida sostenibles, el fortalecimiento de la resiliencia y las comunidades autosuficientes son las prioridades del PMA en Centroamérica, para que la población tenga esperanza en su futuro, fe en su tierra y oportunidades en casa.
El PMA brinda apoyo técnico y financiero a las comunidades para que adapten su producción a un clima cambiante y puedan generar más ingresos, y facilita a los agricultores mejorar sus métodos, diversificar cultivos y también medios de vida.
oda/crc