Casi a diario, los medios locales reportan que tantos lugareños como militares hacen frente a las columnas del Pentágono que son expulsados u obligados a cambiar de ruta para llegar a sus enclaves en la región nororiental siria de al-Jazira.
El último incidente ocurrió, según difundió la agencia SANA, cuando los uniformados sirios en uno de los puntos de control enfrentaron una caravana de cinco vehículos bélicos estadounidenses e impidieron cruzar por el poblado de Tal Dahab, al sureste del municipio de Qamishli.
Ante estas acciones de rechazo, las tropas norteamericanas se ven obligadas a dar marcha atrás y buscar otro camino para llegar a sus bases concentradas principalmente en los campos de petróleo y gas dentro del territorio levantino.
La ira y el rechazo popular son más perceptibles contra Washington cuyas tropas, según denuncia Damasco, incentivan la actividad terrorista, desestabilizan el país y saquean sus riquezas.
Las acciones ilegales y criminales de Washington en Siria son cada día menos toleradas y se verán al final obligadas a abandonar el país ante la resistencia popular, afirman las autoridades de esta nación.
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