Tras las reticencias manifestadas por varios integrantes del bloque a una propuesta previa de la Comisión Europea, este martes algunos países solicitarán en un consejo extraordinario ciertas excepciones atendiendo a sus circunstancias específicas.
Aunque por ahora Bruselas propone la aplicación voluntaria de la medida, durante la reunión tratará de asegurar el permiso para imponer su cumplimiento obligatorio en caso de alerta.
Tras la presentación del plan la semana pasada, España fue la primera nación en rechazar la propuesta original. Luego, se sumaron Portugal, Grecia y otras delegaciones plantearon sus reservas.
Por el contrario, Alemania, una de las naciones más dependientes de las importaciones de gas ruso, se mostró favorable al plan de Bruselas desde el primer día.
En ese contexto, la reunión buscará adecuar la proposición de la Comisión Europea a las limitaciones geográficas y la interconexión de cada Estado, sin que la reducción del objetivo en ciertos países implique una compensación por parte de otros.
El Consejo de Energía abogará porque el objetivo de reducción del 15 por ciento contemple excepciones atendiendo a circunstancias como la escasa interconexión de las islas, el problema de sincronización de la red eléctrica de los países Bálticos o la capacidad de almacenamiento de gas.
La República Checa, que preside el Consejo de la UE este semestre, liderará la negociación sobre un texto que ya exhibe algunos cambios. En el último borrador, aunque se mantiene el objetivo de un recorte del 15 por ciento, se plantean modificaciones que permitirían a los países pedir derogaciones.
La reunión se produce tras el anuncio de la empresa rusa Gazprom sobre la reducción al 20 por ciento de los flujos de gas natural a través del oleoducto Nord Stream 1 por reparaciones en sus equipos debido a la retención de una pieza clave.
A mediados de junio, la compañía redujo al 60 por ciento el suministro del gasoducto por problemas técnicos relacionados con la falta de la turbina para una estación compresora en el extremo ruso del oleoducto.
La nueva decisión llega después de los reclamos de Gazprom sobre la devolución de esa pieza, que su socio Siemens Energy envió a Canadá para revisión y no pudo devolverse debido a las sanciones aplicadas por la Unión Europea a raíz del conflicto en Ucrania.
Aunque Canadá permitió que la pieza fuera entregada a Alemania y el gobierno germano confirmó su llegada, esta aún no regresa a Rusia, lo que pone en evidencia las tensiones derivadas del conflicto y su impacto en la situación del gas.
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