Según la última encuesta sobre el clima de consumo aplicada por la entidad, la nación germana alcanzó su mínimo histórico en junio, pero desde entonces volvió a descender hasta los peores valores obtenidos desde 1991, cuando inició la aplicación de ese instrumento.
GfK prevé que para agosto la curva de sentimiento del consumidor alcance un valor de menos 30,6, cuando en tiempos normales esta ronda de manera estable los 10 puntos.
El clima fue mejor en las fases de paralización de la vida pública durante la pandemia de Covid-19 que en la actualidad, señala el estudio, y apunta que debido a la emergencia sanitaria la curva cayó hasta menos 24.
De acuerdo con la compañía con sede en Núremberg, a las preocupaciones por la interrupción de las cadenas de suministro; la operación militar en Ucrania y las consecuencias de las sanciones a Rusia; el aumento de los precios de la energía y de los alimentos; se unen los temores por la entrega de gas.
La debilidad del euro frente al dólar es otro factor que desalienta a los consumidores.
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