La nueva Constitución exige un presupuesto estatal separado para cada departamento, lo que permite que las ciudades provinciales y rurales ganen dinero para realizar proyectos de desarrollo, afirmó Guichard Doré, asesor presidencial y una de las voces más defensoras de la ley de leyes en construcción.
A su juicio, la partida económica también permitirá impulsar negocios, propiciar trabajo para sectores vulnerables como las mujeres, y fomentar la creación de una clase media en la próxima década.
La votación del referendo está previsto para el 27 de junio próximo, a pesar de que esta figura está expresamente prohibida en la carta magna vigente.
El presidente Jovenel Moïse argumenta que la Constitución es fuente de inestabilidad política; sin embargo, disímiles fuerzas sociales, partidos opositores, e integrantes del poder judicial ponen en duda su legitimidad.
Para estas plataformas, el mandato constitucional de Moïse venció en febrero pasado, y actualmente lidera un gobierno de facto, sin legalidad para organizar una consulta popular o las elecciones generales programadas para septiembre próximo.
En un giro inusual, fuertes aliados del Gobierno se desmarcaron de la reforma y criticaron al jefe de Estado por intentar imponer su voluntad sin alcanzar un consenso entre las fuerzas políticas.
El más sorprendente fue Liné Balthazar, quien preside el Partido Haitiano Tet Kalé, mismo que llevó a Moïse a la silla presidencial.
Según el político experimentado, el proyecto adolece de un plan técnico y la nueva Constitución promueve un modelo autoritario, a lo que se suma que solo el 60 por ciento de los ciudadanos con derecho al voto cuentan con tarjetas de identidad válidas.
‘Si el referendo constitucional fuera hoy, el PHTK tendría que votar no’, dijo Balthazar.
También Gabriel Fortuné, exalcalde de Les Cayes, al sur del país, señaló que la iniciativa irrespeta la carta magna vigente, al proponer un referendo prohibido en la ley de leyes, mientras Anacacis Jean Hector, al frente del partido Liga Alternativa por el Progreso y la Emancipación Haitiana, calificó de torpe el anteproyecto.
En el último mes, varias movilizaciones criticaron la reforma, al tiempo que defendieron la Constitución de 1987, nacida tras la caída de la dictadura.
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