Luigi Signorini, director general de esa entidad financiera central italiana, señaló que “los datos finales tienden a sorprender positivamente en comparación con las previsiones de los analistas”, en referencia a los resultados económicos del segundo trimestre de 2022.
Entre el 1 de abril y el 30 de junio de 2022 el Producto Interno Bruto (PIB) del país creció 1,0 por ciento, en relación con el trimestre anterior, según reportó el 29 de julio último el Instituto Nacional de Estadísticas (Istat). Sin embargo, el director del Banco de Italia alertó que “todavía la incertidumbre es excepcionalmente alta» pues la pandemia de la Covid-19 y un mundo en desaceleración representan riesgos, y reconoció que la interrupción en el suministro de gas ruso tiene un grave impacto en la economía nacional.
Dicha afectación es «no solo directa, a través de la disponibilidad temporalmente reducida de combustible, sino también indirecta a través de mayores precios de la energía, una desaceleración en el comercio mundial y una caída en la confianza empresarial y del consumidor «, afirmó.
Se refirió a las acciones del gobierno del primer ministro Mario Draghi para reducir la dependencia italiana del gas ruso, del 40 al 25 por ciento, y los planes de contingencia de la Comisión Europea para mitigar el efecto de cualquier corte en los suministros.
En tal sentido comentó que «ciertamente hubiéramos preferido una política gradual, orientada y cuidadosa de transición planificada, con espacio suficiente para la redistribución, a una exógena, con choques violentos que nos deja a todos más pobres”.
De acuerdo con el último reporte oficial del Istat, el resultado del segundo trimestre de 2022 se derivó de un aumento tanto en la industria como en los servicios, y refleja la disminución del valor agregado en el sector agrícola, forestal y pesquero.
Ese instituto apreció que la fase expansiva del PIB continuó por sexto trimestre consecutivo, con una aceleración respecto los primeros tres meses del año, cuando el crecimiento fue ligeramente positivo.
El crecimiento adquirido para 2022 se calcula en un 3,4 por ciento, aunque el Istat aclara el carácter provisional de ese estimado, que considera una expansión tanto de la industria como de los servicios por el lado de la producción, pero una caída de la agricultura.
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