La Conferencia Episcopal anunció que desde este miércoles hasta el viernes sus instituciones permanecerán cerradas, salvo los hospitales y centros de salud, para exigir la liberación de cinco sacerdotes, dos monjas y dos familiares.
El jueves pasado impulsó un movimiento similar que fue seguido por el sector privado, con la paralización de la actividad comercial, escuelas y otras entidades no públicas, sin embargo, la situación no se repitió esta semana.
La Dirección Política de la Oposición Democrática, que reúne a varios partidos políticos, alentó a los ciudadanos a unir sus voces con los cristianos católicos y la Conferencia Episcopal para lograr la liberación del país.
También promovió un cacerolazo el viernes, al unísono con el repiqueteo de campanas en todos los templos de Haití.
A pesar de que el presidente Jovenel Moïse prometió acciones concretas para lograr el regreso de los religiosos, entre ellos dos de nacionalidad francesa, 10 días después de su rapto en la comunidad de La Croix-des-Bouquets, departamento de Oeste, los perpetradores solo liberaron a uno de los 10 secuestrados.
Acciones como esta se intensificaron en las últimas semanas, con la captura de médicos, notarios, empleados de la Corte de Cuentas (Cscca) y otros ciudadanos, para exigir cuantiosas sumas por su rescate.
En protesta, trabajadores de la Cscca se movilizaron ante las puertas de la institución, erigieron barricadas en llamas y golpearon objetos en la valla metálica.
‘Todos pedimos la liberación incondicional de los dos rehenes y lo estamos haciendo de la manera más sencilla. áDebe parar! áNo al secuestro! El Estado debe asumir su papel’, dijo la esposa de uno de los secuestrados.
jf/ane
