Pero Bogotá no solo festeja este momento histórico en el que llega a la presidencia de Colombia un gobierno progresista respaldado por las diversas fuerzas alternativas y de izquierda de la mano de Gustavo Petro y Francia Márquez.
También en las principales ciudades del país, están dispuestas pantallas gigantes por medio de las cuales la población podrá apreciar la transmisión de mando, y también tendrán sus propias festividades.
Ballet, Carnavales de Negros y Blancos, grupos musicales de pueblos indígenas, de comunidades afrodescendientes, de salsa, bandas urbanas, exposiciones, y otros, amenizan esta jornada única en el país.
En tanto, la Plaza de Bolívar ya está prácticamente copada por los visitantes donde en la mañana al abrir las personas corrían buscando un espacio para estar cerca de la tarima donde Petro recibirá su cargo de presidente de los próximos cuatro años.
Esta investidura presidencial rompe todos los protocolos en este tipo de ceremonia porque la cultura se tomó Bogotá como reflejo de la importancia de las raíces de este pueblo.
Todo está listo para, en menos de dos horas, inicie el cambio en Colombia, y en el acto de investidura estarán una decena de jefes de Estados, vicepresidentes, y más de 100 mil personas, los congresistas.
La estatua de Bolívar en el centro de esta plaza emblemática se advierte como un símbolo del resultado de este proceso de cambios que empezó con las luchas por la independencia, y luego contra las dictaduras militares, el bipartidismo y el neoliberalismo. El pueblo colombiano es el invitado de honor en este traspaso de mando, donde por primera vez, el progresismo llega a la Casa de Nariño.
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