En su carta de alcance para el proyecto de presupuesto 2022-2023, el primer ministro, Ariel Henry, confirmó el cuarto año consecutivo de crecimiento negativo, que atribuyó a las crecientes actividades de los grupos armados, aumento de los secuestros y la falta de acceso a varias zonas del área metropolitana.
El jefe de Gobierno admitió también que las acciones programadas en el presupuesto vigente no pudieron ejecutarse, lo cual afecta particularmente al sector agrícola que experimentó un descenso en el primer semestre del año.
De acuerdo con Henry, el descenso del Producto Interno Bruto irá acompañado de un alto nivel inflacionario con sus graves consecuencias en lo social, además del incremento de los precios de los productos importados y locales, depreciación de la moneda nacional frente al dólar y caída de las transferencias internacionales y de la inversión extranjera.
Henry también admitió que la situación de las finanzas públicas es preocupante pues el país se encuentra entre los peores del mundo en cuanto a movilización de ingresos.
La corrupción, el importante peso del sector informal, contrabando, retraso en la digitalización de las administraciones tributarias y aduaneras y el bajo nivel de civismo de los contribuyentes son factores que explican los malos resultados fiscales, reconoció.
La situación, señaló, reduce el margen de maniobra del Estado para responder a las urgencias sociales y a las exigencias del desarrollo económico.
Pese al escenario adverso, las autoridades se proponen restablecer la estabilidad macroeconómica y el crecimiento, al tiempo que refuerzan los marcos de política económica con medidas realistas.
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