Inmerso en el cumplimiento del Servicio Militar en el Comando número 1 del Cuerpo de Bomberos de Matanzas, Moreno manifestó que alrededor de las 6 de la tarde (18:00, hora local) del viernes pasado arribó a la zona industrial de la Base de Supertanqueros en esta ciudad, a unos 100 kilómetros al este de La Habana.
Al llegar al lugar realicé un despliegue en el área junto al grupo, los carros cisternas circulaban en espacios muy estrechos que dificultaban el movimiento de agua, sobre las nueve de la noche cedió el anillo del primer tanque y comenzó a salir el crudo encendido, rememoró.
El joven explicó que la primera explosión devino acto seguido a escasos metros de su presencia, todos corrieron y se resguardaron, pero a pocos minutos se retomó el enfriamiento del segundo tanque para evitar que estallara.
Al momento de la segunda explosión acababa de surtir agua al camión, con 12 horas de labor y rastros de cansancio seguía allí cumpliendo con mi deber en medio de mucha incertidumbre, palabras de corran y tienes llamas encima retumbaron en mis oídos a la par de un inmenso destello blanco, acotó.
Moreno añadió que su grupo resultó el último en salir, se observaban obstáculos por doquier, compañeros que buscaban resguardo y en ese instante agarré a un bombero y lo subí por la ventanilla del vehículo.
Sin cumplir aún los 20 años de edad, Ernesto explicó que sus primeros 20 minutos en la zona industrial devinieron los más complicados, de a poco pese a las explosiones se adaptó al panorama con el objetivo de ayudar en lo que fuese necesario.
Lo vivido en la zona industrial del occidental territorio es la experiencia más impactante de mi vida, sin embargo, volvería a enfrentarme a una situación similar si ocurriera, afirmó el futuro estudiante universitario en la carrera de licenciatura en Historia.
Ernesto Moreno relató su vivencia con la serenidad de un hombre de mil batallas, su juventud no le impidió convertirse en un guerrero que batalló a metros del mayor incendio ocurrido en Cuba.
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