Según el titular del MEF, Patrick Boisvert, Haití precisa una reforma fiscal que se adapte a las necesidades del país.
El proyecto establece un marco legal y fiscal más claro y transparente y aspira mejorar el clima empresarial para fomentar la inversión y generar más recursos internos, con lo cual se financien las necesidades de desarrollo nacional, dijo Boisvert.
Además, empodera a la Dirección General de Impuestos proveyendo al Estados de mayores recursos fiscales y un sistema favorable a los operadores económicos, indicó.
Desde hace varios años el Gobierno intenta aumentar los ingresos que en el presente ciclo fiscal alcanzaron los 83 mil 400 millones de gourdes (unos 667 millones 200 mil dólares), solo un 69 por ciento del importe programado.
La poca recaudación tributaria y aduanera, esta última acrecentada por el contrabando en las fronteras, son algunas de las dificultades que enfrenta el Gobierno.
En su reciente carta marco para el proyecto de presupuesto 2022-2023, el primer ministro, Ariel Henry, reconoció que la situación de las finanzas públicas es preocupante y exige la responsabilidad de todos.
De acuerdo con Henry, Haití es uno de los peores países en materia de movilización de ingresos y la tasa de presión tributaria fluctúa alrededor del seis por ciento, mientras que el promedio para América Latina y el Caribe es del 23 por ciento. La corrupción, el peso significativo del sector informal, contrabando, retraso en la digitalización de las administraciones tributarias y aduaneras, así como el bajo nivel de cumplimiento tributario de los contribuyentes son factores que explican el pobre desempeño en este sector, lamentó.
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