Su director general, Duclos Bénissoit denunció el aumento de los precios de los productos de primera necesidad y el constante deterioro de las condiciones de vida de la población, mientras persiste la violencia de las pandillas que dejó 300 fallecidos solo en el mes de julio.
También denunció la falta de un acuerdo político un año después del asesinato del presidente Jovenel Moïse y la continua escasez de combustible que dispara los costos de la canasta básica y disminuye el poder adquisitivo de la población.
Bénissoit aseguró que el momento es grave y llamó a las organizaciones sindicales a movilizarse y ponerse de pie contra esta situación.
Además de los transportistas, a inicios de este mes la Unión de Normalistas Haitianos alentó manifestaciones masivas contra los actos de bandidaje, en particular los secuestros que aumentaron vertiginosamente.
De enero a mayo las autoridades registraron al menos 500 incidentes de este tipo y la cifra creció en los últimos dos meses cuando se reportaron varios secuestros colectivos.
Por su parte, la organización Matriz Revolución liderada por el exsenador Antonio Cheramy alentó una movilización general para “salvar a Haití del hundimiento” y pidió poner fin a las negociaciones con el primer ministro, Ariel Henry.
La semana pasada, una franja del Sector Democrático y Popular dirigida por el exsenador Neney Cassy y hasta hace muy poco aliada del Gobierno, llamó a protestas contra la gestión de Henry y sostuvieron que es incapaz de solucionar la situación del país.
Haití sigue sumido en una aguda crisis política, económica, social y de seguridad, con el crecimiento de los grupos armados que operan con impunidad.
Plataformas de derechos humanos denunciaron que casi 700 personas fueron asesinadas desde abril hasta el momento, la mayoría como consecuencia de los enfrentamientos entre las pandillas en esta capital.
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