En exclusiva a Prensa Latina, Beltrán opinó que el gobierno de Iván Duque ataca muy fuerte los acuerdos firmados en 2016 entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) y la administración de Juan Manuel Santos.
‘Nosotros desde el principio intentamos una reanudación de la mesa que iniciamos con Santos para no dejar morir el intento, haya conversaciones y una paz que incluya al ELN’, aseguró.
Recordó que en congresos internos desde el año 1989 se decidió buscar una salida política al conflicto y desde entonces el ELN aprendió a conocer la importancia de negociar y con varios gobiernos desde principios de 1990 está en ese esfuerzo.
‘Algunas veces se avanza más a veces menos, pero eso no nos desanima por seguir buscando una solución política’, subrayó.
Señaló que ya son casi siete décadas de guerra por lo tanto es posible llegar a una salida pacífica y esa es una convicción que defiende el ELN.
Acerca de los principios fundacionales de la agrupación guerrillera explicó que los mantienen porque ‘si hay algo que está quebrado hoy es el capitalismo no solo el modelo neoliberal sino el capitalismo como sistema que está acabando con la gente, está sumiendo al mundo en la desigualdad y peor, está acabando el planeta’.
El mundo ha cambiado, comentó, y la juventud se revela contra la extinción lo cual reafirma las convicciones de quienes dicen que hay que buscar una sociedad diferente amable con la gente y con la naturaleza.
‘Realmente la paz como muchos derechos se les arrebata a los pueblos. La burguesía, la oligarquía no regala derechos, los arranca, por lo tanto, la paz hay que lucharla’, aseveró.
Beltrán detalló que en Colombia hay una élite dominante centenaria que ha ejercido una exclusión violenta a la cual el ELN le pregunta cuándo va a cambiar.
Por esa pregunta las clases dominantes en Colombia consideran que somos una organización difícil para pactar un proceso de paz.
‘Usted pide que deje de ser guerrillero, listo, ese es un cambio de esencia, pero nosotros también pedimos un cambio, pues cambiemos ambos’, recalcó.
Beltrán consideró que lo que ocurre actualmente en torno al Acuerdo de Paz es una desgracia porque si una organización como las FARC-EP después de una década de lucha da una muestra de buena voluntad, pacta unos acuerdos, cumple, se desmoviliza, pero el otro no le hace sino trampas, es una tragedia.
‘¿Qué ventajas ganó Colombia con ese proceso?: generó una esperanza de que sí es posible la paz y hay un reclamo mayoritario a este gobierno para no destruir el Acuerdo’, dijo a Prensa Latina el líder negociador.
‘Desde 2016 a la fecha han asesinado a 270 firmantes, entonces si nosotros vamos a la mesa de diálogo con ese precedente, qué reflexión nos trae: que tenemos un contradictor traicionero porque usted le firma y él no le cumple, pero además lo mata’, remarcó.
Beltrán puntualizó que el problema en Colombia no solo son los asesinatos de desmovilizados de las FARC-EP, sino también de mil 700 líderes y defensores sociales, lo cual refleja otro ciclo de la guerra y un exterminio sistemático.
Los matan sencillamente por cuestionar el modelo económico y político, advirtió.
‘Tenemos a un contrario que no es una mansa paloma, tenemos a alguien muy violento, muy traicionero y muy torcido, pero nosotros insistimos, aun así, en que tenemos que sentarnos’, dijo.
Resaltó que el ELN lleva a la mesa de negociaciones en primer lugar poner fin al conflicto armado lo cual significa sacar la violencia de la política.
‘No se trata de terminar la guerra, sino de pactar transformaciones y se cumplan, de una implementación simultánea de lo acordado’, agregó.
Explicó que tienen instrucciones de no levantarse de la mesa. Gracias a los países garantes entre ellos Cuba y Noruega, la delegación sigue aquí, apuntó.
El ELN mantiene contactos indirectos con el gobierno colombiano al cual le piden que nombren sus delegados, precisó.
Rememoró que cuando Naciones Unidas y el papa Francisco plantearon la necesidad que para atender mejor la pandemia de la Covid-19 pidieron un alto el fuego el ELN manifestó su disposición pero la administración de Duque solo devolvió el silencio.
Pese a que hay un congelamiento de las pláticas, nosotros mantenemos una conversación directa o indirecta con el gobierno y tratamos de que haya iniciativas de solución política y humanitarias ante los cientos y cientos de líderes sociales asesinados.
El ELN en estos momentos recibe ataques mediáticos que nos califican de banda criminal y desvirtúan nuestro carácter revolucionario, alertó.
Por otra parte, realizan contra nosotros operaciones de contrainsurgencia en las regiones por lo que todos los frentes nuestros están combatiendo, añadió.
Nosotros no solo estamos en esta lucha mediática de decir cuáles son nuestras propuestas para el país, sino también acompañamos a las organizaciones y a las comunidades para que no las exterminen es decir acompañamos a la gente en las regiones, comentó.
Con respecto a las exigencias del gobierno de Colombia para que Cuba devuelva a los representantes del ELN encargado de las negociaciones de paz, luego del ataque de enero de 2019 a la Escuela de Cadetes, asegura que eso no ocurrirá.
En tal sentido explicó que lo exigido carece de fundamento porque el estatuto de Interpol no aplica para conflictos internos como los nuestros.
‘Nosotros con el Estado colombiano firmamos un protocolo de ruptura que dice que en caso de que las dos partes lleguen a un punto en que no hay más conversación el Estado es el principal responsable de la devolución sana y salva de esta delegación negociadora a nuestros campamentos’, detalló.
Añadió que el grupo de países garantes mantienen su posición invariable respecto a lo firmado.
El gobierno de Donald Trump pateó todos los compromisos del sistema multilateral y dentro de eso puso al gobierno de Colombia a exigir a Cuba la devolución de la delegación del ELN, es decir que viole el derecho internacional.
‘¿Qué tal que Noruega rompiera esos protocolos?, se acabaría su historia como país facilitador de proceso de paz, su razón de ser en materia de relaciones exteriores’ afirmó.
Los países garantes han dicho que mantienen buenas relaciones con Bogotá, pero atenidos al derecho internacional, agregó.
En cuanto a las elecciones de 2022, dijo que el expresidente Álvaro Uribe insiste en un cuarto gobierno, pero la mayoría de las fuerzas políticas no quieren el uribismo, por lo tanto, otro gobierno retomará el Acuerdo de Paz y los diálogos con el ELN.
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