Durante la colocación de la primera piedra del Complejo de Janta, en la región este de la Bekaa, Nasrallah afirmó que si el Estado libanés recibe sus exigencias en la disputa frente a Tel Aviv rondará la calma, de lo contrario habrá una escalada.
En el contexto de las actividades por el aniversario 40 de la fundación de la Resistencia libanesa, el líder de Hizbulah aclaró que la demanda del país sobre sus derechos a la frontera marítima no tiene nada que ver con el acuerdo nuclear iraní.
La máxima figura de la Resistencia subrayó que el Líbano debe estar puesto en el campo de gas de Karish, la frontera y el mediador estadounidense en la disputa Amos Hochstein, “que sigue perdiendo el tiempo y este tiempo se vuelve cada vez más corto”.
Al abordar la situación económica de la nación, Nasrallah puntualizó que el dólar aduanero del que se habla constituye un salto grande y dañino; mientras, insistió en la necesidad de continuar el esfuerzo para formar un nuevo gobierno en el país.
La nación de los cedros aguarda el retorno a Beirut a fines de mes del diplomático Hochstein quien deberá presentar una propuesta tras intercambios con fuentes israelíes.
A principios de agosto, el Estado libanés recordó al mediador norteamericano su derecho sobre la frontera marítima al fijar la posición respecto al campo de Qana, una zona rica en petróleo y gas en disputa de unos 860 kilómetros cuadrados.
En la percepción general, los libanesas consideran la posibilidad de invertir y extraer petróleo y gas de la frontera marítima como un aspecto medular para salvar al país de la crisis económica y financiera.
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