Más de 30 sacerdotes escribieron a la autoridad eclesiástica en ausencia de un obispo, e indicaron que no gestionaron los intereses de la Iglesia y no evaluaron adecuadamente el peligro que amenaza a la institución religiosa.
El presidente del comité permanente sigue firmando documentos oficiales en nombre de la Iglesia, mientras que el secretario ejecutivo, implicado, ha sido abandonado, expresaron en la misiva en relación con el arresto la semana pasada del padre Frantz Cole.
La renuncia, indicaron los sacerdotes, permitirá a otros miembros del clero y a los laicos facilitar la labor de la Policía Judicial y de la justicia en el marco del caso de tráfico de armas y municiones relacionado con la Iglesia episcopal.
A mediados de julio funcionarios de aduana incautaron un contenedor con 20 mil cartuchos de diversos calibres, un centenar de cargadores y una veintena de armas automáticas y que, presuntamente, estaba destinado a la organización religiosa, aunque esta negó cualquier implicación.
Además de Cole, quien hasta entonces fungía como secretario ejecutivo diocesano y sacerdote a cargo de la parroquia de Nuestra Señora de la Anunciación en Bolosse, otras tres personas fueron detenidas durante la investigación.
Entre ellas figura el contador Jean Gilles Jean Mary, quien firmó varios documentos entre 2017 y 2021 que autorizaba el “apoderamiento” de fondos de la cuenta de la Iglesia episcopal a la de un traficante internacional buscado activamente por las autoridades, de acuerdo con una nota de la Policía.
En medio del recrudecimiento de la violencia de los grupos criminales que operan en el país, las autoridades confiscaron en el mes de julio pasado otros dos cargamentos de armas y municiones en los puertos del país.
La mayoría de los contenedores procedían de Estados Unidos, país que reconoció un aumento del contrabando de armas hacia Haití, y expresó preocupación por el calibre de los artefactos.
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