Dos meses después de que el primer ministro designado, Najib Miqati, presentará su propuesta de gabinete, aún persiste la incertidumbre en la nación cuando las fuerzas políticas debaten sobre la figura correcta a ocupar el cargo de presidente de la República para los próximos seis años.
Tras varias consultas entre el mandatario Michel Aoun y Miqati continúa la polémica en torno a la distribución de las carteras ministeriales, respetando el histórico sectarismo en el Estado libanés.
Del último encuentro en el Palacio de Baabda, el jefe interino del gobierno calificó de cercano el diálogo con Aoun, en la intención de finalizar la conformación del nuevo Consejo de Ministros, el cual tendrá solo 63 días de mandato oficial.
A través de un comunicado, la Presidencia de la República advirtió sobre la persistencia de algunos en sembrar noticias e informaciones falsas, incitaciones sectarias y engañar a la opinión pública para atentar contra la seguridad y estabilidad del país.
En este sentido, las posiciones de Aoun respecto a la formación del Gobierno responden a su firme convicción de la necesidad de proteger la alianza nacional, preservar la carta y propiciar climas positivos que contribuyan a enfrentar las difíciles circunstancias de la nación.
Líbano celebrará comicios presidenciales entre el 1 de septiembre y el 31 de octubre entrante, y el mandatario electo tendrá la responsabilidad de conformar el nuevo gabinete.
El pacto nacional para la independencia de Francia en 1943 estableció que el presidente de la República libanesa debe ser cristiano maronita, el primer ministro musulmán sunita y el titular del parlamento chiita, y así sucesivamente con los otros cargos.
Huelga en el sector público, devaluación sin precedentes de su moneda nacional, altos precios de los alimentos, combustibles y medicamentos complejizan hoy la realidad del pueblo libanés que exige al Estado la urgencia de impulsar la recuperación y hacer frente a la injerencia extranjera.
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