En reunión de emergencia, el consejo directivo de los trabajadores decidió por unanimidad la huelga general en todos los sectores y detener las labores de mantenimiento sin excepción en los centros del territorio libanés.
La convocatoria exigió la modificación de los sueldos de los empleados, contratistas y agregados en proporción a la situación de vida existente en la nación.
A través de un comunicado, el sindicato discutió el agravamiento de la crisis económica y financiera y sus repercusiones en la salud, educación, alimentación y necesidades básicas de los pobladores.
Ogero constituye la mano ejecutiva del Ministerio de Comunicaciones y el organismo de infraestructura básica para las redes de telecomunicaciones.
El llamado al paro de los empleados acompaña la pausa en sus labores de los Trabajadores del Sindicato de Ingenieros en Beirut, de las empresas de celulares Alfa y Touch y los jueces.
Durante los meses de junio y julio, el impacto de la crisis y el alto costo de las condiciones de vida arrastraron a los trabajadores de la mayoría de los sectores públicos del país a un paro, para detener prácticamente el funcionamiento de las instituciones estatales.
La aprobación de una serie de medidas del gobierno en funciones disminuyó el fervor de la huelga y de manera paulatina volvieron a retomar el trabajo bajo el reclamo de una respuesta justa a los problemas de convivencia, económicos, financieros y la política oficial de indiferencia.
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