El jefe de ese organismo, Abdelghani Aoun, anunció en un comunicado la creación de un equipo técnico que tendrá como objetivo elaborar un informe sobre el tema y proponer una estrategia para enfrentar la situación.
Aoun llamó a una acción conjunta y coordinada para evitar la expansión de la sequía y del desierto en las áreas verdes.
El Centro Libio de Estudios Estratégicos reveló días atrás que el país enfrentará en los próximos años una grave crisis de agua debido al aumento del consumo humano y a sus limitadas reservas.
La proporción per cápita de agua renovable en este país es una de las más bajas del mundo y amenaza a 4,4 millones de personas, alertó.
El 95 por ciento del líquido consumido en Libia proviene de fuentes subterráneas y en especial del llamado río artificial, una red de tuberías que transporta agua desde los inmensos depósitos fósiles ubicados bajo el desierto del Sahara hasta las principales ciudades.
A pesar de esa megaobra, que costó de 25 a 30 mil millones de dólares, el país se enfrenta al riesgo de escasez por los problemas de mantenimiento de la infraestructura, manifestó la institución.
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