Calificado como el gran danzante del folclor local, Aguiluz dejó de existir mientras estaba interno en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Médico Quirúrgico, donde luchaba contra un cáncer.
El Indio de Cuscatlán, como era conocido popularmente el maestro, dejó un legado imborrable en la historia de la danza folclórica, que empezó desde que se unió al sueño de Morena Celarié para fundar el primer grupo de danza folclórica del país.
El discípulo del reconocido bailarín español Edmundo Barber, cosechó muchos éxitos durante su extensa carrera de 61 años y uno de ellos fue ser galardonado como Artista Distinguido de El Salvador.
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