El lunes una persona murió en Petit Goave (oeste) luego de que la Policía lanzara profusamente gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes que reclamaban la renuncia del primer ministro, Ariel Henry, al acusarlo de mala gestión.
Otras 11 personas sufrieron heridas, entre ellas dos de bala, confirmó el comisionado de Gobierno de esa ciudad, Elliote Pierre Paul.
Además de Petit Goave, las manifestaciones tuvieron lugar en urbes como Miragoane, Jacmel y Cabo Haitiano en medio de la profunda crisis económica, social, política y de seguridad que sacude a la nación caribeña.
En Jacmel la multitud coreaba “Nou pa kapab anko (No podemos más)” armados con ramas de árboles y otros implementos, mientras deploraban también los precios de la electricidad.
La Policía dispersó a los manifestantes con gases lacrimógenos, y algunos respondieron lanzando piedras, mientras otros levantaron barricadas de neumáticos en llamas. Al menos cuatro personas fueron arrestadas.
Por su parte en Cabo Haitiano, en el extremo norte de Haití, ciudadanos bloquearon Rond-Point Samari, en la entrada este de la ciudad para protestar contra el incremento de las matrículas escolares y la depreciación de la moneda nacional que perdió un tercio de su valor de enero a agosto.
Desde la semana pasada, las protestas se multiplicaron en Haití donde también se agudizó la violencia de las pandillas responsables de cientos de muertes y secuestros en lo que va de año, mientras las fuerzas políticas continúan sin alcanzar acuerdos.
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