“Un nazi misógino quiso matarla”, escribió Dalbón en su perfil en la red social Twitter al referirse a un individuo que trató de asesinar a Fernández el jueves cuando saludaba a personas reunidas en las afueras de su domicilio en el capitalino barrio de Recoleta para expresarle su apoyo.
Asimismo, indicó que antes de ese hecho hubo inacción judicial en la causa por amenazas de muerte y carteles en la vía pública contra la expresidenta.
Impunes gritos de asesina, maten a la “cretina”, pena capital, péguenle un tiro. No vamos a naturalizar la escalada de odio. Seremos querellantes, afirmó.
Poco antes, el abogado precisó que estaban analizando la calificación de lo ocurrido como intento de femicidio en grado de tentativa agravado (alevosía y arma de fuego).
Además, indicó que el sujeto debe ser procesado también por portación ilegal de armas.
No hay que minimizar los tipos penales con estos asesinos, aseveró.
Alrededor de las 21:00, hora local, del jueves un hombre identificado como Fernando Sabag, de 35 años y nacionalidad brasileña, apuntó a la cabeza de la vicemandataria, pero la pistola no disparó por una causa aún por determinar.
Tras ser detenido por ciudadanos y miembros de la seguridad de la ex jefa de Estado, fue arrestado por la Policía Federal y la víspera se negó a declarar ante la jueza María Eugenia Capuchetti, a cargo del caso.
Según el diario Página 12, Sabag figura como chofer de servicio de transporte automotor urbano y suburbano, no regular, de pasajeros de oferta libre.
Su madre es argentina, fue detenido en 2021 por tenencia de arma impropia (un cuchillo de gran tamaño) y posee denuncias en su contra por violencia de género y maltrato animal.
Un examen médico determinó su capacidad para ser interrogado y la Policía halló 100 balas en su domicilio en la zona de San Martín.
También fueron encontradas imágenes relacionadas con el neonazismo en su teléfono celular y varios de sus tatuajes simulan símbolos como el sol negro.
Reportes iniciales indican la pistola Bersa estaba apta para el disparo y fue usada poco tiempo antes del ataque a Fernández, pero se analiza si un mal empleo por parte del agresor evitó que el proyectil entrara en la recámara y saliera.
Aún no fue determinado si actuó solo o recibió apoyo.
Hasta el momento, el caso es investigado como homicidio calificado en grado de tentativa, por lo cual Sabag enfrentaría hasta 15 años en prisión y hasta 23 si fuera catalogado como agravado.
La Unidad Fiscal Especializada en Cibercrimen estudia su participación en redes sociales y en foros relacionados con posturas extremistas.
Dalbón considera que debe ser procesado en base a la Convención de Belém do Pará (2008), la cual estableció que «en América Latina y el Caribe los femicidios son la manifestación más grave de discriminación y violencia contra las mujeres».
Además, contempla la muerte violenta de ellas por razones de género en cualquier escenario, también cuando es perpetrada o tolerada por el Estado y sus agentes, por acción u omisión.
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