Según un sondeo del Canal 13, los partidos que integran el ahora bloque opositor conquistarían 59 escaños, de un total de 120 que integran la Knesset (Parlamento).
Dirigido por Netanyahu, el Likud, con 31 asientos, continuaría como la formación más grande del país, pero no lograría la mayoría aún con el respaldo de sus aliados Shas, Judaísmo Unido de la Torá y Sionismo Religioso, con ocho, siete y 13, respectivamente.
Mientras, la variopinta alianza en el poder sumaría 56 curules, con Hay Futuro, del actual jefe de Gobierno Yair Lapid, como la formación más votada al sumar 24, seguido por Unidad Nacional (12), Israel Beitenu (6), los laboristas y Meretz (cinco cada uno) y el islamista Ra’am (cuatro).
Por su parte, la Lista Conjunta, una coalición de agrupaciones árabes y de izquierda que aboga por el diálogo israelo-palestino, conquistaría las cinco plazas restantes del hemiciclo.
Un reciente sondeo reveló que apenas 39 por ciento de los árabes-israelíes votará en las elecciones, la cifra más baja en la historia de este país.
La reducida participación de ese sector poblacional podría ayudar al bloque de Netanyahu a lograr la mayoría en el legislativo, estimó el diario The Jerusalem Post.
Los descendientes de los palestinos que no fueron expulsados de sus tierras tras la creación del Estado judío, en 1948, denuncian desde entonces que son tratados como ciudadanos de segunda.
En la actualidad ellos suman 1,9 millones de personas, casi un 21 por ciento del total de la población de este país.
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