Una hoja de ruta presentada por ese organismo advirtió que Latinoamérica sólo genera el ocho por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial, pero ese porcentaje puede subir si no se adoptan medidas.
Los daños en infraestructura ocasionados por estos fenómenos cuestan más del uno del producto interno bruto (PIB) a la región y hasta el dos por ciento anual en varios países de la región, como República Dominicana, Nicaragua y Panamá.
El cambio climático tiene impactos negativos en la mayoría de los cultivos con serias afectaciones a la seguridad alimentaria, precisó el documento del BM, que menciona el caso de Argentina donde las sequías podrían provocar pérdidas de rendimiento de la soja de hasta el 50 por ciento para el 2050.
Dicho fenómeno también genera déficits de precipitaciones muy graves en el Caribe, modifica los ecosistemas marinos y hace que los bosques se sequen, en tanto en la cuenca del Amazonas, la selva podría convertirse en sabana por la combinación cambio climático-deforestación.
En América Latina y el Caribe el foco está en logar una resiliencia a largo plazo para salir de la frecuencia y de la intensidad de los efectos extremos, y no tener pérdidas económicas descomunales, declaró la especialista de Medio Ambiente en el Banco Mundial, Ana Bucher.
Las prioridades en la región en materia climática son la agricultura, los sistemas alimentarios, la energía, el transporte y las ciudades, pero sin una acción concertada para el 2050, más de 17 millones de personas de la región podrían verse obligadas a desplazarse, lo que incrementará la población urbana en hasta un 10 por ciento, estimó el informe.
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