Por medio de un mensaje en la red social Twitter, la autoridad sanitaria comunicó que uno de los sospechosos de padecer la enfermedad, un hombre de 24 años, tuvo síntomas varios días y luego falleció.
La confirmación ofició como una alerta para el resto de las naciones situadas en el este africano, aunque en una conferencia de prensa, la secretaria permanente del ministerio de Sanidad ugandés, Diana Atwini, aseguró que el país está preparado para atajar el brote.
Atwini destacó que “cada distrito tiene una respuesta rápida” para una situación de emergencia relacionada con el ébola y exhortó a las clínicas del área, que reciban pacientes con síntomas, a contactar a las autoridades del distrito “para poder aplicar medidas de investigación y aislamiento”.
También la Oficina de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en África emitió un comunicado, según el cual, tras investigar seis muertes sospechosas durante septiembre, las autoridades sanitarias concluyeron que el brote es de la relativamente rara cepa de Sudán.
Según explica el texto, actualmente hay ocho casos sospechosos que reciben atención en un centro de salud, en tanto la OMS ayuda a especialistas de Uganda con la investigación y envió expertos al área afectada.
La de Sudán, junto a las de Zaire y Bundibugyo, es una de las cepas más conocidas del ébola, virus que se transmite por contacto directo con sangre y fluidos de personas o animales infectados.
Informes de la OMS revelan que Uganda no registraba la cepa sudanesa desde 2012 y en 2019 experimentó un brote de la de Zaire, importada desde República Democrática del Congo, país con el que limita, además de con Sudán del Sur, Ruanda, Tanzania y Kenya.
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