En su participación en la 9135ª reunión del Consejo sobre “Mantenimiento de la paz y la seguridad de Ucrania”, el canciller Marcelo Ebrard dijo que, a siete meses de la guerra en ese país, sus implicaciones sociales, económicas y políticas son evidentes.
Añadió que el mayor costo lo paga la sociedad civil. Esta guerra ha generado desplazamientos masivos de personas, sobre todo de mujeres y niños. Los daños materiales registrados son graves y onerosos.
Recordó que México ha insistido en buscar una solución diplomática y atender el tema humanitario del conflicto, sin subordinar consideraciones políticas, en estricto apego al derecho internacional humanitario.
A tal efecto presentó la propuesta de crear una comisión encabezada por el secretario general de la ONU, la presidenta de la India y el papa Francisco para lograr un diálogo entre las partes y, al mismo tiempo, una tregua internacional sin conflictos ni intervenciones durante cinco años.
El avance de la guerra, con sus cuantiosos costos humanos y materiales, y el incremento de las necesidades humanitarias, tales como el alto costo de los combustibles, de cara al invierno, requiere con urgencia de la solución por vía diplomática, opinó.
Para ello se requiere voluntad política de las partes y compromiso de la comunidad internacional, y la necesidad de respetar el derecho internacional, y el humanitario, aclaró.
La rendición de cuentas también es otro pilar fundamental del sistema multilateral, del estado de derecho y de la paz. Por ello, los responsables de los crímenes que se hayan cometido deben ser llevados ante la justicia.
También alertó de la dimensión del riesgo nuclear derivado de los enfrentamientos alrededor de la planta nuclear de Zaporozhie en Ucrania.
Reconoció en otra parte el valor que representa la firma de la Iniciativa de Granos del Mar Negro, pues la FAO muestra que los precios en los últimos dos meses han empezado a disminuir y pidió extenderlo a los fertilizantes.
Precisó que desde el inicio del conflicto, la posición de México se ha sustentado en sus principios constitucionales de política exterior en consonancia con los de la Carta de Naciones Unidas, como la no intervención, solución pacífica de las controversias y la proscripción de la amenaza o el uso de la fuerza.
Recordó como propósito de la ONU y mandato de este Consejo, prevenir que las personas sufran de los flagelos de la guerra.
Pero esto sólo puede lograrse mediante el diálogo, la diplomacia y la construcción de canales políticos efectivos. No es admisible la indiferencia, y lamentó que el Consejo de Seguridad no haya sido capaz de cumplir con su responsabilidad esencial en este caso.
Las causas por las que este Consejo se puede volver disfuncional son conocidas. Corregirlas depende de nosotros. Los tiempos son propicios para plantear con toda seriedad, las reformas estructurales que se requieren para ello.
lam/lma