De confirmarse esta cifra, muy por encima del objetivo del dos por ciento trazado por el Banco Central Europeo (BCE), la institución tendrá más argumentos para aprobar nuevas subidas en los tipos de interés a pesar de los riesgos económicos que implican.
El incremento del índice de precios al consumidor estuvo impulsado por el alza de la energía, incluidos los carburantes que subieron un 40,8 por ciento y pusieron fin a la ligera moderación de julio (39,6 por ciento) y agosto (38,6 por ciento).
También contribuyó el aumento del 11,8 por ciento en el precio de la cesta de la compra -alimentos no elaborados, alcohol y tabaco-, del 5,6 por ciento en el valor de los bienes industriales no energéticos y del 4,3 por ciento, en el de los servicios.
Por otra parte, la inflación subyacente, que excluye el efecto de los componentes más volátiles como la energía y los alimentos frescos, subió cinco décimas con respecto a agosto, hasta el 4,8 por ciento interanual.
En un análisis por países, las mayores tasas de inflación se registraron en los países bálticos, con un 24,2 por ciento en Estonia, un 22,5 por ciento en Lituania y un 22,4 por ciento en Letonia.
Por el contrario, las más bajas se dieron en Francia (6,2 por ciento), Malta (7,3 por ciento) y Finlandia (8,4 por ciento).
Eurostat indicó que la inflación de dos dígitos en septiembre es el nivel más elevado de toda la serie histórica del indicador, que se remonta a 25 años atrás, en enero de 1997.
mem/att