Según explica un informe, los detenidos pretendían incitar a la violencia en esta capital y la ciudad de Bishoftu, durante las celebraciones de Meskel-Demera e Irreechaa, dos de las conmemoraciones religiosas más importantes del país y con mayor participación popular.
Querían perturbar la estabilidad y crear una crisis nacional, pero pudo frustrarse el complot gracias a los fuertes preparativos de seguridad y la vigilancia, añade.
Muchos de los encausados, subraya, son integrantes del Frente de Liberación Popular de Tigray (TPLF), Shene, IS y otras formaciones informales que perpetran actos violentos y violan los derechos humanos.
Especialmente, el terrorista Shene, en colaboración con el TPLF (siglas en inglés), ha estado organizando sus células para cometer actividades criminales y ha estado tratando de desplegar el grupo asesino llamado Aba Torbe, señala el grupo de trabajo del gobierno.
Revela, además, que “durante el monitoreo seguro de las actividades y redes de comunicación de los grupos terroristas y personas sospechosas, incautó armas, bombas y muchos tipos de municiones” destinadas a la ejecución de atentados.
“También fueron descubiertas pruebas documentales que muestran que los sospechosos han estado recibiendo misiones y trabajando junto con el Frente de Tigray e IS”, apunta.
Los días festivos de septiembre son una manifestación de los valores de solidaridad y riqueza de nuestra nación, en los cuales participan muchos etíopes y también turistas, que siempre contarán con la debida protección, asevera.
El gobierno no permitirá que estos eventos sean objeto de terrorismo, instigado por grupos extranjeros e internos, agrega, y expresa “el sincero agradecimiento por la invaluable contribución de la sociedad para la celebración pacífica de esas fiestas religiosas y públicas”.
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