La asociación libanesa «Grito de Depositantes” informó que el ciudadano Ali Al-Sahili, militar retirado, irrumpió en la sucrusal BLC en Chtaura (Noreste) y detuvo a los empleados para exigir la liberación de sus fondos por valor de unos 24 mil 500 dólares.
De acuerdo con reportes locales, las fuerzas de seguridad detuvieron al intruso con posterioridad.
En un incidente similar, otro asaltante irrumpió en un banco en la ciudad sureña de Tiro con el mismo propósito.
Durante el último período, incidentes de este tipo desestabilizan la seguridad en los bancos libaneses, luego de la negativa a entregar a los depositantes su dinero en dólares.
En protesta por las allanamientos, la Asociación de Bancos cerró sus puertas durante días en septiembre pasado y pidió a las autoridades imponer seguridad para poder prestar sus servicios.
Según economistas, durante más de dos años y medio, los bancos del país impusieron restricciones sobre el dinero de los depositantes en moneda extranjera, especialmente el dólar, y establecieron estrictos límites para retirar sus fondos en libras libanesas.
En la percepción general de los pobladores, el gobernador del Banco Central de Líbano, Riad Salameh, figura como uno de los principales responsables de hundir a la nación en su peor escenario en la época moderna.
Inflación del 890 por ciento, salario mínimo mensual menor a 25 dólares, devaluación de la moneda, altos precios de los combustibles, hospitalización, medicamentos, electricidad y alimentos sitúan en el presente a cuatro de cada cinco libaneses en la pobreza.
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