Según la National Grid´s Electricity System Operator (ESO), aunque excepcionales, los cortes de electricidad en el sector residencial se producirían durante el horario de mayor demanda, para priorizar el servicio a los hospitales y otras instituciones vitales.
El texto agrega que los consumidores serían alertados al menos con días de antelación, y se rotarían las zonas para que no todos los hogares queden apagados a la vez.
El Reino Unido depende del gas que importa principalmente desde Noruega para generar el 43 por ciento de la electricidad que consume.
La energía restante procede de las plantas nucleares, de unas pocas que todavía funcionan con carbón, o es importada desde el continente europeo, el cual podría verse en igual o peor situación que el Reino Unido este invierno luego de la decisión de Rusia de cerrar las llaves del gasoducto Nordstream.
Tras la advertencia de la ESO, un vocero del gobierno conservador liderado por la primera ministra Liz Truss intentó calmar a la población, y aseguró que el país cuenta con un sistema energético diverso y seguro.
Para fortalecer aún más esa posición, contamos con un plan para garantizar los suministros y la National Grid, en conjunto con las empresas suministradoras y el ente regulador, lanzarán un servicio voluntario para premiar a los usuarios que ayuden a reducir la demanda en los horarios picos, afirmó.
El opositor Partido Liberal Demócrata consideró, sin embargo, que la primera ministra debe convocar al comité de emergencias del Gobierno para analizar la situación.
De no actuar ahora, millones de personas se verán afectadas por apagones rotativos, mientras los precios de la gasolina y del aceite para calefacción siguen su espiral alcista, declaró el líder de esa organización, Ed Davey.
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