Durante un encuentro con el subsecretario General de la Liga Árabe, Hossam Zaki, el jefe de Estado insistió en que la presencia del presidente resulta fundamental para formar un nuevo gobierno y “no al revés».
Aoun, quien dejará el cargo el venidero 31 de octubre, enfatizó que un país como Líbano, con su peculiaridad, distinción y pluralismo, no puede lograr una alianza nacional y estatutaria en ausencia del presidente de la República.
El gobernante de 89 años recalcó que un vacío constitucional podría exponer a la nación a situaciones que afectan su unidad y la solidaridad del pueblo.
Por su parte, el embajador Zaki reiteró el apoyo de la Liga a Líbano y el respaldo a los derechos sobre sus tierras y aguas.
En medio de la falta de consenso político, el Parlamento de Líbano convocó a la segunda sesión plenaria el venidero jueves con el objetivo de nombrar al nuevo miembro de la comunidad cristiana maronita en asumir la presidencia del país.
La semana pasada, la falta de quórum y los votos en blancos matizaron la primera ronda de la sesión presidencial en el legislativo para destapar las alarmas en la dirección de volver a enfrentar como en los períodos de 1989, 2007-2008 y 2014-2016 una vacancia constitucional.
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