El inmueble, ubicado en el Bulevar Artiga, fue construido en 1928 y es un patrimonio histórico de la ciudad, propiedad del Estado paraguayo.
Estuvo abandonado durante 11 años y en la actual administración gubernamental fue sometido a labores de recuperación y restauración.
La sede rehabilitada cuenta con un salón de gala revestido con telares de ñandutí inspirado en la visión y gestión de la Primera Dama, Silvana Abdo, en cuanto a la protección y revalorización del patrimonio cultural, para lo cual creó la Escuela de Salvaguarda de Técnicas Ancestrales de Artesanía.
La confección del telar de ñandutí fue realizada por un equipo de 30 artesanas de Itauguá, quienes fueron las encargadas de diseñar, tejer y confeccionar 70 piezas rectangulares con hilos de colores blanco, beige y arena, para luego efectuar la unión de los paneles con las dimensiones necesarias, trabajo ejecutado en la Asociación de Tejedoras de Arapaho.
En la ceremonia Abdo Benítez resaltó la relación que mantienen ambos países, con “una historia común de solidaridad” y “desafíos comunes”.
“Quiero felicitar a todos los que hicieron posible este trabajo para que podamos hoy estar en nuestra casa, congratulándonos entre paraguayos y uruguayos para este momento histórico. Para nosotros es muy significativo, renueva ese lazo histórico que tienen nuestros pueblos”, subrayó el mandatario.
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