Alessandro Fontana, economista jefe de esa organización que agrupa a más de 140 mil empresas, afirmó en declaraciones divulgadas por el diario La Repubblica, que “el próximo año esperamos un estancamiento, no importa si el crecimiento es del 0,1 o del 0,2 por ciento».
El análisis, elaborado por el Centro de Estudios de Confindustria, señala que el Producto Interno Bruto (PIB), “registró una dinámica positiva en la primera mitad de 2022, sufre un ajuste a la baja entre finales de año y principios de 2023, pero luego se recupera lentamente”.
Sin embargo “para 2023 hay un fuerte revisión a la baja respecto al escenario de abril (-1,6 puntos), lo que lleva a un estancamiento en la media del año”, agrega el reporte presentado este sábado con el título “¿La economía italiana aún resiste la incertidumbre y el shock?”.
En el documento se asegura que “imponer un techo al precio del gas podría salvar el PIB italiano de un crecimiento cero en 2023, si no negativo en el caso de una interrupción drástica de las importaciones rusas”.
Los investigadores de la organización empresarial italiana esbozan en su pronóstico un escenario caracterizado por una peligrosa combinación de estancamiento e inflación.
Los precios al consumidor aumentaron rápidamente en 2022, alcanzando un incremento del 8,9 por ciento anual en septiembre, un valor no registrado desde la década de 1980, debido en gran medida al elevado precio de la energía, que subió un 44,5 por ciento anual, precisan.
La inflación, según esos expertos, alcanzará el 7,5 por ciento en 2022 y disminuirá parcialmente el próximo año, “pero en valores que aún son el doble en comparación con la meta del Banco Central”, del 2,0 por ciento, y prevén en 2023 un crecimiento de precios del 4,5 por ciento anual.
mv/ort