La Organización Mundial del Comercio (OMC) advirtió que no se deben imponer restricciones comerciales que, en última instancia, se traducirían en un crecimiento más lento y en un descenso del nivel de vida.
Se estima que el volumen del comercio mundial de mercancías crecerá un 3,5 por ciento en 2022, es decir, algo más que el tres por ciento previsto en abril, sin embargo, el volumen se ralentizará hasta el uno por ciento el próximo año, lo que supone un fuerte descenso respecto al 3,4 estimado anteriormente.
En relación con la demanda de importaciones se espera un debilitamiento al ralentizarse el crecimiento en las principales economías por diferentes motivos, según la OMC.
Para Europa, los elevados precios de la energía resultantes del conflicto ucraniano reducirán el gasto de los hogares y aumentarán los costos de fabricación.
En Estados Unidos, el endurecimiento de la política monetaria afectará el gasto en áreas en las que cuentan las tasas de interés, como la vivienda, los vehículos de motor y las inversiones fijas.
China también está afectada por los brotes de la Covid-19 y las interrupciones de la producción, junto con la debilidad de la demanda externa.
Mientras tanto, los países en vías de desarrollo podrían enfrentarse a la inseguridad alimentaria y a las dificultades de endeudamiento en la medida que aumenten las facturas de importación de combustibles, alimentos y fertilizantes.
En general, los precios de la energía se dispararon un 78 por ciento interanual en agosto, los alimentos aumentaron un 11, los de los cereales un 15 y los de los fertilizantes un 60 por ciento.
Además, muchas divisas han caído frente al dólar en los últimos meses, otro factor que encarece los comestibles y los carburantes.
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